LOCAL FEELING - HANOI

Desde el momento que un mochilero pone un pié fuera de su casa y viaja, intenta moverse lo menos “turista” posible, mezclarse con los lugareños y evitar las masas organizadas. Es lo que los anglosajones llaman “local feeling” y créanme que es complicado de conseguir. Desde que he llegado a Hanoi -norte de Vietnam- no he hecho mas que sentir LOCAL FEELING.

Desde el aeropuerto y con todo el calor y la humedad del mundo fuí a encontrarme con Patri en una fiesta en la cual había españoles, franceses, belgas y vietnamitas. Esa misma noche conocí bastante peña que vive aquí y organizamos para hacer algunos programas los próximos días.
Con otros 3 cooperantes (una madrileña, una catalana y un belga que estuvo en medio mundo) fuimos a un lago en las afueras que nos permitieron escaparnos del ruidoso y caótico Hanoi por unas horas. El viaje en sí es una locura porque son 2 horas en moto por unas carreteras destruidas –las afueras de Hanoi, con muchas otras motos- hasta llegar al campo y transitar entre arrozales interminables. La vuelta tuvo el agregado que nos agarró una tormenta monzónica de las buenas (hay vídeo próximanente) que duró toda la noche hasta hace unas horas.

Hanoi es una ciudad que es imposible describirla con palabras o fotos. Es la locura sobre dos ruedas, como si cada habitante de esta ciudad hubiera pertenecido a la banda “Hell Angels” en los 80. Patri –una madrileña que trabaja para la ONU, una caña- vive un poco alejada del centro, el llamado Old Quarter.Cuando le pregunté “cómo hago para llegar al centro?” ella me dice “por 20.000 dongs te tomás un taxi-moto”... y eso hice. Es como subirte a una montaña rusa sólo que sin ajustarte el arnés. En 5 minutos ya estábamos en una calle con otras motos y algunas personas. 7 minutos después estábamos en una avenida llena de autos y un mar de motos. 10 minutos mas tarde estábamos en el Old Quarter, yo intentando no mirar para adelante en medio de un tsunami de ciclomotores todos tocando la bocina a la vez y gente cruzando por cualquier parte. A partir de entonces me muevo por todos lados en moto, ya sea taxi o con Patri o algun amig@ de ella.
Me detuve varias veces a ver el tráfico: es algo sumamente orgánico que se organiza solo, como un panal de abejas. No vi ni un choque ni un roce, nadie se grita ni se enoja, ni siquiera una mala cara ni gesto. “Y cómo cruzás?” se preguntarán: la clave está en esperar que no vengan autos –esos es mas complicados que te esquiven- y aunque haya un mar de motos dar un primer paso, y luego empezar a caminar a paso sostenido sin detenerte ni correr. Las motos te irán esquivando sin perder la fluidez del tránsito. Se siente como Moisés cruzando las aguas divididas del Mar Rojo (síndrome de Jerusalén, jeje). Yo vengo de Tucumán y algo de práctica tengo, los pobres anglosajones se pasan el día esperando “el momento”.

Habrá otro post de Hanoi ya que se lo merece, y estoy preparando un vídeo para poder transmitirles este frenesí. Mañana parto a Sapa, en la montaña justo en el borde con China. Está pronosticado lluvia todo el tiempo, veremos cómo se desarrolla todo.

DATOS ÚTILES:

- 1 EUR = 25.000 Dongs
- Sacar pasajes en tren con mucha antelación puesto que vuelan.
- Chubasquero y chanclas a mano, llueve como si se terminara el mundo.
- Todo es baratísimo, pero igual se puede pelear precio al menos por el 50%



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Aeropuerto de Bangkok esperando el vuelo a Hanoi


Vista desde la terraza de casa de Patricia sobre el Río Rojo


Monumento en el Old Quarter


Lago del Old Quarter


Plagio al edificio de LeCorbusier en Chardigarh?? naaaaaa


Esquina en el Old Quarter


Esquina en el Old Quarter, ver video al final


Humedad y calor juntos, un aspecto impresentable


De copas con Patri, María y Marta todas cooperantes


Eli y Fabrice, cooperantes también. En camino al lago perdido.


Marta


Arrozales de fondo


Mas arrozales


El lago en cuestión. Ya les pasaré un video del regreso con lluvia monzónica.


Chilling out en casa de Patri con Maria


Almuerzo con Patri bajo el monzón.


Y el chubasquero que me regalaron?? en la mochila en casa, por supuesto.


Comida en la calle. Noodles con ensalada y albóndigas (no preguntar de qué) en salsa agridulce.


Entrándole a los noodles.


Envidien los murcianos


Video de la locura del tráfico